Carta a Felipe González (28-11-1985)

Madrid, 28 de Noviembre de 1.985.

Excmo. Sr. D. Felipe González Márquez. Presidente del Gobierno.

Excmo. Sr. :

En nombre del Consejo General de la Organización Nacionalde Ciegos Españoles (O.N.C.E.)f de su equipo ejecutivo, de los 28.000 afiliados, 17.000 trabajadores y más de 100.000 personas que, directa o indirectamente, dependen de esta Entidad, nos dirigimos a V.E., en el entendimiento de que la situación por la que atraviesa actualmentela O.N.C.E. y los problemas que sucintamente se referirán más adelante, exigen inexcusablemente la intervención del máximo res­ponsable del Gobierno Constitucional y la valoración, equilibrada e intuitiva, de la persona, que en este momento concreto, desempeña el cargo de Presidente del Gobierno.

Esta Entidad ha solicitado en dos ocasiones, a lo largo del mandato de V.E., ser escuchada a propósito de temas transcen­dentales que afectan a la vida de los ciegos y de todas las personas ligadas ala O.N.C.E. (cartas de fechas 8 de Agosto de 1.983 y 7 de Septiembre de 1.985). En la primera ocasión se retrasó la celebración de una posible entrevista al momento en que se hubieran debatido, por los Ministerios interesados, los temas objeto de nuestra preocupa­ción de entonces.

Con todo y ser transcendentales las cuestiones susci­tadas en las dos cartas precedentes, consideramos, si cabe, la situación actual como particularmente grave y no dudamos en calificar la misma como de histórica para nuestro colectivo.

Pasamos, brevemente, a exponer el origen y los datos objetivos que la configuran en este momento:

A partir del 2 de Enero de 1.984, y con objeto de resolver la creciente pérdida de ingresos dela Entidad, provenientes, prácticamente en su totalidad, de los beneficios de la explotación en exclusiva del Cupón Pro-Ciegos, se introdujo en esta modalidad de juego una reforma que, por su acierto, permitió detener, e incluso invertir, la línea de creciente empobrecimiento dela Institucióny ampliar sus posibilidades de extensión de los servicios para ciegos, de saneamiento económico, de creación de empleo, en suma de transfor­mación y modernización dela O.N.C.E.

Cuando, todavía, no han transcurrido dos años de la aplicación de la nueva modalidad de Sorteo, un balance telegráfico de los resultados podría presentarse en los siguientes términos:, (que V.E.. podrá contrastar a través de los datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social -responsable de la tutela sobre la O.N.C.E. y que cuenta, puntual y exhaustivamente con toda la información relativa al desarrollo de las actividades de la Entidad-):
– Proceso de saneamiento de las obligaciones de Previsión Social que, en 1.982, contaban con unas reservas (computando todo el patrimonio mobiliario e inmobiliario) de, aproximadamente, 10.000 millones de pesetas, frente a los 70.000 exigidos por los estudios actuariales, y que a finales de1.985, a pesar del fuerte incremento de las pensiones y de las retribuciones de los activos dependientes dela O.N.C.E., habrá alcanzado una cobertura de, aproximadamente, un b0% de las reservas matemáticas precisas.

– Una aportación a la creación de empleo neto de más de 2.500 trabajadores ciegos y videntes, que a final de año serán 3.500, tras la incorporación de 1.000 minusválidos no ciegos a la venta del cupón, decidida como gesto de solidaridad, una vez analizadas las posibilidades del mercado.

– La extensión y replanteamiento de los servicios quela O.N.C.E. venia prestando a los ciegos, y que en 1.985 supondrán una inversión próxima a los h.000 millones de pesetas. Este incremento ha permitido la puesta en marcha de cinco nuevos Centros de atención especializada a los deficientes visuales, dentro de las líneas asistenciales más avanzadas y en aquellos aspectos tradicionalmente desaten­didos en nuestro país.

– Una transformación cualitativa de la imagen del ciego en la sociedad y un acercamiento, por todos los medios, a los ciudadanos de la problemática y posibilidades de integración de este colectivo.

Desde Julio de 1.985, sin embargo, se vienen suce­diendo actitudes, por parte dela Administración, que, en conjunto, parecen definir una estrategia de acoso ala Organización, planteada desde móviles exclusivamente economicistas y, a nuestro juicio, irracionales, impropios de un Gobierno de signo progresista que tiene como objetivo la modernización de España. Dicha estrategia parece asentarse en dos principios tan inexactos, como, ideológicamente, inconsistentes:

A.-La O.N.C.E. representa una isla de privilegio y de riqueza que es preciso reducir.- Esta valoración, en ocasiones expresada abiertamente por responsables dela Administración, pero en general actuante como trasfondo de la campaña en curso, es tan injusta como ofensiva, cuando se formula respecto de un colectivo con gravísimas dificultades para la integración en la escuela, en el traba­jo y con, todavía, grandes distancias respecto de las oportunidades del resto de los ciudadanos en todos los órdenes del desarrollo de la persona. Por lo demás, el punto de referencia para la comparación de la situación de los ciegos, no puede ser otro que el resto de los conciudadanos en situaciones homologables, y, en esa comparación, el saldo es todavía, desgraciadamente, muy negativo.

B.-La O.N.C.E. es un competidor exagerado en el mercado del juego para otras modalidades gestionadas por el Estado.- También este criterio resultaría sarcástico a la vista del volumen ocupado por la iniciativa privada, prácticamente exenta de fiscalidad, en el mercado del juego y de la proliferación en plena impunidad de modalidades fraudulentas e ilegales de juego en nuestro país, en una espiral reiteradamente denunciada porla O.N.C.E., y que, una vez más, no dudamos en calificar como extremadamente peligrosa para la salud e higienes sociales y para el desarrollo económico de la nación.

Por lo demás, el éxito de la reforma del cupón dela O.N.C.E. no ha afectado, en absoluto, a los ingresos de los juegos de responsabilidad estatal, y estamos convencidos que sus bene­ficios se destinan con claridad meridiana a la cobertura de obligaciones de responsabilidad pública, perfectamente controladas por los Organos de tutela dela Administración. Noparece que pueda predicarse lo mismo del resto de los agentes privados e ilegales del juego.

De los dos factores anteriormente mencionados parecen desprenderse una serie de manifestaciones concretas quela Administra­ción ha producido en los últimos meses, en relación conla O.N.C.E.:

a)   La inclusión de controles extremadamente rigurosos respecto de los Sorteos del Cupón Pro-Ciegos, a través de dos Disposi­ciones Adicionales dela Leyde Presupuestos Generales del Estado para 1.986 (17.3 y 19). Es decir, que el Gobierno, no sólo no lleva a efecto su compromiso de proponer a ¡as Cortes un proyecto de Ley del Juego que ordene y regule este desorbitado mercado, sino que anticipa medidas exclusivas de control para las modalidades de juego mejor controladas y cuya finalidad social es más indiscutible.

b)    Propuesta de una modificación del Real Decreto 1041/81, por el que actualmente se regulala O.N.C.E., que, no sólo trunca las expectativas de una regulación más flexible y favorecedora de la autonomía, del autogobierno y la democratización dela Institu­ción, sino que retrocede respecto de los términos en que estos objeti­vos se contemplaban enla Normapromulgada en la etapa de U.C.D.

Todo  ello se ve agravado por el compromiso reiterado del Partido Socialista                   Obrero Español, manifestado concretamente por escrito a esta Entidad en las fechas previas a la celebración de las Elecciones de 1.982.

Pero es que, además, el compromiso y la responsabilidad se concretaron de forma directa por parte del actual Gobierno, a través de sus máximos responsables en el Departamento de Trabajo y S.S. a lo largo de todos nuestros contactos en esta legislatura (se acompaña fotocopia del Acta de la reunión del Consejo de Protectorado, a la que asistió el Excmo. Sr. Ministro de Trabajo y Seguridad Social, como Presidente de dicho Organo, a los pocos días de tomar posesión en su cargo].

De lo anterior se desprende claramente una actitud incongruente con los planteamientos programáticos del Gobierno socialis­ta y abiertamente desproporcionada en relación con el problema suscita­do del control del cupón dela O.N.C.E., derivada de una visión economicista y comercial dela O.N.C.E., exenta de cualquier consideración relativa a sus actividades sociales.

La O.N.C.E. ha agotado todas las posibilidades de explicación y diálogo a los distintos niveles y a los diferentes Departa­mentos dela Administración, como puede acreditar documentalmente. Dispone de informaciones exhaustivas y perfectamente contrastables sobre el mercado del juego, el nivel de control y fiscalidad del mismo y las propuestas que al respecto se han defendido. Puede acreditar, en cualquier momento, el destino de los fondos que recibe a través de la explotación del Cupón Pro-Ciegos, y está dispuesta a contrastar, no en términos de imposición sino de diálogo, sus realizaciones y la franja del mercado de juego que viene ocupando. V.E. puede estar seguro que nuestra Institución ha hecho acopio en estos años de un verdadero arsenal de razones y de apoyos en la opinión pública que, modestamente, esta en disposición de oponer a la fuerza del Boletín Oficial del Estado. Estamos seguros que la opinión pública española diferenciará con claridad lo que no pasan de ser intereses de medraje de Organismos Estatales de la simple defensa de conquistas históricas y derechos elementales que no estamos dispuestos a perder, y menos a manos de un gobierno progresista. Con la humildad que procede y que se espera de un colectivo marginado. podemos asegurar a V.E. que vamos a defender, con todas las «armas pacíficas» a nuestro alcance, la situación actual y el cumplimiento de los compromisos del Gobierno » dela Nación, y que, en cualquier caso, desde la fuerza que nos da la debilidad del grupo social que representamos, pondremos de manifies­to la flagrante contradicción política del Gobierno que V.E. preside y los intereses difícilmente justificables que están detrás de medidas como las que se propone.

El origen de la situación actual puede que tenga que ver con la ruptura de los esquemas de una amplia capa de nuestra sociedad y, consiguientemente, una buena parte de sus dirigentes, cuyos clichés respecto de la posición de dependencia de los ciegos, próxima a la mendicidad, se han roto como consecuencia de la actuación dela O.N.C.E. en el marco del sistema económico en que nos movemos. Pedimos humildemente perdón por haber roto tan venerables concepciones, pero estamos seguros de actuar, a ese respecto, en el interés de la autonomía y la integración de los ciegos, en tanto colaboramos, modes­tamente, a la transformación de los valores sociales que permitirá una sociedad más igualitaria y más integradora.

Por último, debe quedar bien claro quela O.N.C.E. no actúa en una línea de crítica global al Partido Socialista y al Gobierno, sino que pone de manifiesto una contradicción abierta y se limita a defender expresamente los intereses y derechos legítimos de los ciegos españoles. No permitiremos la politización de este conflicto, de la misma manera que no vacilaremos en llegar hasta el final en la defensa de nuestros irrefutables planteamientos.

En espera de que V.E. pueda encontrar el momento de escuchar directamente las opiniones de una Entidad, con la amplia representación que ostentala O.N.C.E. y con la trayectoria progresis­ta que esta Institución puede exhibir, y ponderar desde su alta magis­tratura las implicaciones y posicionamientos, en ocasiones contradicto­rios, de los distintos Ministerios de su Gobierno, aprovechan la ocasión para saludarle muy cordialmente.

DELEGADO GENERAL

Fdo.: José María Arroyo Zarzosa.

PRESIDENTE DEL CONSEJO GENERAL.

Fdo.: Antonio Vicente Mosquete.