Primer comunicado como presidente del Consejo General (3 de mayo de 1982)

COMUNICADO A LOS AFILIADOS Y PERSONAL DE LA O.N.C.E.

Después de un largo proceso y tras las primeras elecciones democráticas en nuestra Entidad, ha quedado constituido el Consejo General dela Organización.

Al asumir la Presidencia de este órgano, considero mi primer deber dirigirme a todos los afiliados cuya legítima representación ostenta el Consejo.

Nos encontramos, con toda probabilidad, en un momento histórico para la Organización. Las circunstancias sociopolíticas de nuestro país tienen poco que ver con las de 1.938, fecha en que un grupo de ciegos combativos logró la creación de la O.N.C.E. Nos corresponde hoy la grave responsabilidad de adaptar aquella idea a las condiciones del último cuarto de siglo en España.

Sin embargo hoy, a diferencia de aquella ocasión, este replanteamiento y adaptación hemos de hacerlo necesariamente entre todos.

Esta primera legislatura democrática nos plantea un doble reto. De un lado, hemos de ganarnos en la práctica el autogobierno que en su articulado nos reconoce el Real- Decreto 1.041/1.981 de 22 de Mayo, conseguir una O.N.C.E. en la que quepan el trabajo y las ideas de todos los afiliados sin exclusión alguna, lograr que los Consejos General y Territoriales sean verdaderos órganos de representación, gobierno y control. De otra parte, hemos de hacer compatible la defensa y consolidación de los logros alcanzados, con la necesidad de construir una Institución moderna, abierta y eficaz, viable y a la altura de nuestro tiempo.

Podemos ser optimistas. Contamos con una estructura y unos recursos sólidos, gracias al esfuerzo de todos; pero sobre todo disponemos del espíritu de participación y solidaridad de los afiliados y de su firme decisión de anteponer los intereses generales de nuestro colectivo y de la Organización, a los personales o de grupo.

Quiero aprovechar la ocasión para pedir a todos los trabajadores de la O.N.C.E., sean afiliados o no, exactitud y profesionalidad en el desempeño de sus cometidos, y convocarles a la tarea común de normalizar la situación laboral, mejorar los servicios y las condiciones de trabajo, crear, en fin, un clima de distensión, eficacia y máxima productividad.

A la Administración le pedimos confianza en la capacidad de los ciegos para decidir su futuro, apoyo para la extensión y modernización de los servicios para deficientes visuales, y respeto pleno al funcionamiento autónomo y democrático de las estructuras y mecanismos que el Real Decreto establece.

Quiero terminar expresando la voluntad política del Consejo de asumir, con plenitud sus competencias como Órgano de Gobierno, su compromiso de llevar a cabo esta tarea- con transparencia y en estrecha conexión con los afiliados- y la disponibilidad de sus miembros y mía personal, respecto de todas las personas que componen la Organización.

Fdo. Antonio Vicente Mosquete