PRESENCIA DE ANTONIO VICENTE MOSQUETE EN AMÉRICA LATINA

Documentos y testimonios ordenados por E. Elissalde recobran la imagen de un español comprometido con Latinoamérica, y con el destino personal y colectivo de su población ciega.

 

Cuadernos Horizontes

Número 28, junio 1989.

 

1982 fue un año particularmente significativo para América Latina. Por una parte, la ChristoffelBlindenmission(CBM), formalizó su Oficina Regional para el área. Por la otra, en España se celebraron las elecciones de autoridades dela ONCEy, por primera vez en su historia, asumió un Consejo General electo por el voto de los afiliados.

            Ambos hechos tuvieron especial trascendencia en el futuro mediato e inmediato de las personas ciegas latinoamericanas y sus organizaciones. Los programas y servicios patrocinados porla CBMse consolidaron en el continente. España profundizó su cooperación y abrió puertas de solidaridad para el difícil, decisivo tema de la unidad latinoamericana.

            #4 Por cierto, tantola CBMcomola ONCE, ya venían cooperando desde tiempo atrás con América Latina. Pero 1982 fue clave para que, una cooperación incipiente, se transformara en sistemática y con una filosofía participativa que dio su papel protagónico a los propios latinoamericanos en el marco de las actividades planificadas a nivel internacional para nuestra zona.

            Por entonces América Latina estaba dividida institucionalmente, se duplicaban y enfrentaban esfuerzos y la complementación de tareas parecía algo imposible. En muchos países la rivalidad entre organizaciones de y para, entre personas ciegas y personas que ven, entre técnicos y dirigentes, minaba cualquier iniciativa de unificar recursos y personas. Como en otros órdenes del acontecer latinoamericano, también en el área de la ceguera, se vivía la fragmentación #5 promovida, a veces, para favorecer intereses espurios o para impedir la emancipación de las personas ciegas.

            Por eso, la instalación dela Oficinadela CBMa cargo de los espososKlee en Santa Cruz dela Sierra(Bolivia), y la asunción de la presidencia dela ONCEpor parte de Antonio Vicente Mosquete, constituyeron los hitos para la renovación de este panorama.La CBMyla ONCE, cada cual con su propio estilo, vinieron a reforzar la línea de quienes en América Latina trabajaban por la unidad. Los resultados no se hicieron esperar: en pocos años se comenzó a cambiar el individualismo por la solidaridad, la tecnocracia por la democracia participativa, en fin, la dependencia por la acción protagónica de los propios interesados en el tema.

            Antonio jugó un papel importante en esta transformación. #6 Sin desconocer el valioso aporte de otras personalidades (en especial de los esposos Klee desdela CBM), hoy queremos ocuparnos de algunos aspectos de este aporte de don Antonio Vicente Mosquete a América Latina. En este intento nuestro se mezclarán, necesariamente, el enfoque ensayístico, el histórico y el biográfico con el más emotivo y comprometido del testimonio y la amistad.

            En todo caso, y por el momento, estas líneas nuestras se consideren como el homenaje sincero de un amigo al cumplirse el 3 de junio de 1989, el segundo aniversario de la muerte de quien tanto quiso e hizo por América Latina.

Fue en Guatemala en 1983

            A Antonio lo conocimos en Guatemala, en oportunidad de celebrarsela II Asambleadela OLAP#7 (Organización Latinoamericana parala Promociónde los Ciegos) en octubre de 1983.

            Antonio y Pedro Zurita asistieron como invitados especiales. Era el primer viaje del flamante Presidente dela ONCEa tierras latinoamericanas. Lo primero que nos sorprendió y nos atrajo fue su juventud: 31 años de edad. También la claridad y la firmeza de su pensamiento. Acostumbrados -como estábamos-, a que los representantes dela ONCE, salvo casos excepcionales como el de Pedro Zurita, fueran venerables personas mayores, amables pero poco participativas, simpáticas pero algo distantes, fue toda una conmoción encontrar, en Antonio, la nueva imagen dela ONCE: juventud, alegría, compromiso, fraternidad, identificación…

            Apenas hacía un año que se había instalado en el primer #8 Consejo General electo democráticamente por los afiliados, y yala ONCEirradiaba un aire fresco, contagioso, vital. Era como si el océano que siempre estuvo ahí, entre América Latina y España, hubiera desaparecido para dar paso a un presente que reunía amigos y organizaciones bajo el común denominador de un tiempo nuevo para la democratización y modernización.

            La identificación, entonces, fue fácil. Los caminos de las respectivas historias confluyan en el desafío de abrir juntos, América Latina y España, un camino nuevo donde lo único seguro era el impulso de cambio para mejorar la situación de las personas ciegas.

De las referencias a la realidad

            Antes de conocer a Antonio personalmente, algo sabíamos de él. Su amigo de todos los momentos, Pedro Zurita, #9 nos había hablado con entusiasmo de sus conocimientos, de su voluntad de trabajo, de su buen humor. Pero nos visitó en febrero de 1983. Fue su primer viaje a Montevideo. Apenas nueve meses antes se había instalado en el Consejo General. Y en aquellos días de febrero, Pedro nos contó cómola ONCEcomenzaba a cambiar y nos dio algunas señas sobre la personalidad de Antonio. (Nosotros habíamos leído, en el Boletín de julio de 1982 publicado porla ONCE, las palabras de su nuevo Presidente. Teníamos una primera impresión favorable del vigor y nuevo lenguaje que hablaba Antonio). Claro que a Pedro le dijimos que habría que conocer a ese «nuevo tío» y valorar por nosotros mismos.

            Ese momento llegó pocos meses después. Más precisamente, fue el lunes 10 de octubre, cuando en el anfiteatro del Hospital Oftalmológico del Comité Nacional Pro Ciegos #10 de Guatemala, tuvimos ocasión de conocer a Antonio. Él y Pedro estaban sentados en la fila posterior a la nuestra. Entraron cuando ya la sesión estaba iniciada. Apenas si pudimos palmearnos y prometernos un encuentro mano a mano. Pero antes, fueron y vinieron entre ellos y nosotros, comentarios, observaciones sobre lo que ocurría. Un par de estas observaciones de Antonio llanos sorprendieron por su punzante sentido crítico y su poder de captación. Incluso, Antonio, no escatimó aplausos cuando nos tocó presentar nuestro informe ala Asamblea. Despuésnos dijo que le había impresionado nuestro modo de trabajar, la claridad de nuestra exposición y el método para desarrollarla. A nosotros nos agravó que Antonio encontrara esos aspectos en nuestro informe porque sentimos que se tendían puentes de entendimiento y comunicación activa entre él y nosotros, #11 entre su España y nuestra América Latina.

            Las referencias de Pedro sobre Antonio quedaron plenamente confirmadas por la realidad, de todo Antonio emanaba una suerte de simpatía y magnetismo que movía ni removían a quienes escuchábamos porque él, a su vez, sabía escucharnos.

Declaración de intenciones

            Apenas dos días estuvieron Antonio y Pedro enla Asamblea. Semarcharon el jueves 13 por la madrugada, antes que se clausuraran los trabajos.

            El tiempo que tuvimos para conversar fue insuficiente. Pero cada tema fue una sorpresa: para Antonio (al igual que para nosotros) «… la dispersión es un lujo que no podemos permitirnos», mientras que «… la unidad es un instrumento… para lograr la integración y emancipación de los ciegos» #12 (palabras que entonces nos dijo personalmente y que, más tarde, incluyó en su discurso de Mar del Plata, al inaugurarse el 10 de noviembre de 1985, el VIII Congreso Panamericano de Ciegos).

            Y junto al tema específico de la ceguera, también la sorpresa de coincidir en la inquietud por la política internacional, en las ideas democráticas, en el cultivo de la literatura moderna, en la práctica de un humor siempre fresco y chispeante.

            En pocas horas trasvasamos sueños y experiencias, planes y promesas. Pero fue tan escaso aquel tiempo que no pudimos hablar de uno de nuestros temas favoritos: los niños ciegos y, en especial, la transformación del libro Braille. No hubo tiempo, pero Carmen, a manera de despedida, dejó en la habitación de Antonio un par de nuestros libros-juguete con unas palabras anotadas #13 en un papel-saludo, donde se decía de la esperanza de seguir nuestras conversaciones. Y así fue, un año después, en su España, profundizamos más sobre muchos de estos temas y planes que tendrían tanto efecto sobre la realidad latinoamericana.

            Mientras tanto, en aquellos breves días de permanencia de Antonio enla II Asamblea, ocurrió algo significativo. Una de las principales preocupaciones para quienes entonces trabajábamos en el tema de la ceguera, consistía en la unificación de las organizaciones internacionales. En el caso de América Latina, se hablaba de la posible unificación del Consejo Panamericano,la Organización Latinoamericanay el Comité de América Latina del Consejo Mundial. Todos reconocíamos que las tres organizaciones «… están integradas por personas e instituciones latinoamericanas y tienen comisiones similares #14 para la realización de actividades semejantes» (como se escribió en un informe acerca de la unificación latinoamericana). Todos reconocíamos, pero estábamos lejos de compartir la misma mesa, de sentarnos juntos para plantearnos la unificación.

            Desde la década del 50 las aguas de la tiflología latinoamericana habían quedado claramente divididas en dos tendencias. Una, surgida dela Conferencia Interamericanade San Pablo de 1954, generó diferentes organismos hasta desembocar enla OLAPy en el CAL. Esta tendencia, fomentada porla American Foundationy vinculada al Consejo Mundial prefería técnicos videntes. Fomentaba la creación de élites que llevaban y traían modelos educativos, o rehabilitativos, de país en país, sin consultar a los propios interesados de cada país ni darles participación. Todo se manejaba a nivel gubernamental, #15 con los respectivos resortes accionados desde las oficinas de laAFOB.

            La otra tendencia, surgida en Lima en 1956, en el Primer Congreso Panamericano de Ciegos, generó al Consejo Panamericano Pro Ciegos. En este Consejo, los propios ciegos tuvieron mayor injerencia y poder de decisión, aunque carecieron de recursos técnicos, económicos y humanos. A través del Consejo Panamericano, se extendió, a lo largo de todo el continente, una conciencia participativa que fue duramente combatida porla AFOB.

            En 1983, en el momento de celebrarsela Asambleade Guatemala, ambas tendencias habían comprendido lo inútil de enfrentarse. Nuestros vientos desplazaban al pensamiento hegemónico dela AFOB. Lademocracia se abría paso, lenta, penosamente entre los organismos de la región. #16 Los técnicos videntes parecían comprender que, sin la cooperación y complementación con las personas ciegas, su labor no calaba hasta la misma médula de los fines perseguidos. Las personas ciegas, por su parte, abrían las puertas a las personas que ven, derribando así barreras internas de segregación y discriminación.

            En este clima de evitar duplicidad y superposición de esfuerzos, fue que el miércoles 12, en horas de la mañana, se convocó a una reunión de los presidentes de las organizaciones latinoamericanas entonces existentes y presentes enla Asamblea. Enesa reunión se constituyó un grupo de trabajo y se firmó una «Declaración de intenciones para la formación de un solo organismo a nivel latinoamericano». El documento, refrendado por los presidentes del CAL, OLAP y CPPC, fue la base para la posterior creación dela Unión#17 Latinoamericana de Ciegos (ULAC) en 1985.

            Antonio estuvo presente en esta reunión. Siguió con vivo interés el intercambio suscitado sobre la unidad latinoamericana. Invitado a dar su punto de vista, abogó por la unidad y destacó sus beneficios. Incluso, creemos que fue la primera vez en que, públicamente, adelantó el apoyo dela ONCEa América Latina para la creación de una organización única y para la posterior canalización de la ayuda dela ONCEa nuestra región a través de esa organización. He aquí las dos ideas claves sobre las que Antonio trabajó y más aportó a nuestra región, ideas que, en germen, planteó en 1983 y profundizó un año más tarde.

Madrid, octubre, 1984

            Volvimos a encontrarnos con Antonio exactamente un año #18 después dela Asambleade Guatemala. Nos invitó a visitar Madrid, con motivo de nuestro viaje a Arabia Saudita para asistir a la creación dela Unión Mundialde Ciegos.

            El 17 de septiembre de ese año, Antonio nos escribió expresando: «Gran satisfacción me ha producido la confirmación de vuestra visita, particularmente útil en un momento en que entramos en vías de disponer de un instrumento efectivo para encauzar la cooperación dela ONCEcon las organizaciones de y para ciegos de Latinoamérica».

            El «Instrumento» a que se refería, era la puesta en marcha del Fondo de Cooperación con Iberoamérica, patrocinado porla ONCE. Fuecon esa noticia que nos recibió el lunes 8 de octubre en el aeropuerto madrileño. El Consejo General había aprobado una partida de 15 millones de pesetas para apoyar proyectos procedentes #19 de América Latina. No existía entoncesla ULACy eran confusas las gestiones para crear un organismo latinoamericano unificado.La ONCE, a través del pensamiento de Antonio, se adelantaba a este proceso y buscaba favorecerlo estableciendo un Fondo de Cooperación.

            Discutimos mucho sobre este Fondo. En primer término Antonio quería que fuera abierto, que no cayera en manos de unos pocos, que no sirviera para que organizaciones fuertes fueran cada vez más fuertes y las débiles fueran cada vez más débiles.

            Había que evitar que el manipuleo de la información determinara que esa ayuda ofrecida a todos, se restringiera a unos pocos. Nos pidió, y así lo hicimos, que laFBU tomara a su cargo la difusión de la convocatoria al Fondo. (Comillas la trayectoria de efectividad y seriedad dela FBU#20 y vuestra significación personal en el ámbito de las actividades en favor de los deficientes visuales en Latinoamérica, nos hacen concebir fundadas esperanzas de nuestro contacto» nos había escrito Antonio en la ya citada carta del 17 de septiembre. Ahora, en Madrid, tomaba esa «esperanza» y la volvía propuesta concreta de compartir las tareas tendientes a quela ONCEcooperara con América Latina).

            De nuestras discusiones quedaron claras dos cosas: que el Fondo era dela ONCEy sería administrado porla ONCE; que nuestra tarea sería difundir la convocatoria y cooperar, luego, conla ONCEen el ordenamiento de los proyectos que se recibieran, pero correspondiendo sólo ala ONCEla decisión de apoyar o no las solicitudes.

            Como nos dijo Antonio, en un reportaje que le hicimos en Nueva York en octubre de 1986 (publicado en América #21 Latina, nº 5), al poner en marcha este fondo buscaba que «… la cooperación que siempre ha prestadola ONCEa América Latina, se canalizara en algo más sistemático».

            También Antonio nos dijo que, para esa sistematización,la ONCEno disponía de los recursos necesarios. Por ejemplo, para abarcar la vastedad del continente latinoamericano, para atender su complejidad y conocer sus necesidades, era preciso contar con una Oficina Regional. Ello, por el momento, no era posible. Por tal motivo, nos pedía (le pidió concretamente a Carmen), que tomara a su cargo la tarea honoraria de realizar este trabajo que, agregó sonriendo, «alguna vez podrá hacer la propia ONCE». (Este fue el germen de lo que, poco después, seríala SECRETARIA Provisoriapara América Latina y más tardela Oficina Permanentede ULAC, #22 ambas organizadas por Carmen ROIG).

            Durante esta visita a Madrid retomamos muchos temas ampliando los ya tratados en Guatemala.

           La ONCEentonces bullía, era un crisol de novedades.La ONCEse despertaba y era el despertar de un gigante. Antonio y los nuevos dirigentes, a la vez que implantaban la democracia, modernizaban las viejas estructuras dela ONCE. Enun salto increíble ponían al día una Organización que, aunque tuvo la originalidad de autoabastecerse y generar ingresos para sus afiliados ciegos, vegetaba peligrosamente en un letargo de años donde las nuevas ideas en educación y rehabilitación no tenían lugar.

            Y, entre ese bullir continuo y en constante incremento, la figura de Antonio, uniendo, armonizando, dinamizando a aquel mundo que avanzaba hacia el encuentro de sí mismo, es decir, aquella ONCE #23 que se reencontraba a sí misma, a su potencial, a su reserva de cambio que, justamente, aquel 1984 comenzó a concretarse con la reforma del Cupón Pro-Ciegos.

            Y junto a esta realidad, la preocupación por nuestra América Latina, preocupación que Antonio compartía con sus inmediatos colaboradores y amigos. Don Ricardo Gayol, por ejemplo, que entonces era el Jefe de Cultura dela ONCE, discutió y soñó con nosotros la posibilidad de crear una revista profesional sobre ceguera. Y vaya si en aquel octubre de 1984 habían fuerza renovadora y ganas de crear cosas enla ONCE: la revista nació, es «Integración» y, en su Presentación, Ricardo recordó cómo había surgido la idea de la revista.

            «En este preciso momento no puedo olvidar el instante en que una revista especializada en ceguera y deficiencia visual #24 se vislumbró en nuestras mentes y nuestros deseos. Fue nada menos que el 10 de octubre de 1984, cuando, con motivo de una visita a Madrid de Enrique Elissalde, hoy Presidente dela ULAC, y Carmen Roig, responsables de la fundación Braille del Uruguay, apuntamos la necesidad de este instrumento para la comunicación entre todas las personas interesadas en la problemática de los ciegos». Y concluía don Ricardo Gayol:

            «hago constar este origen expresamente, para afirmar, desde ya, la vocación hispánica de la iniciativa».

Otra agradable sorpresa

            A medida que avanzamos más y más en las evocaciones y en los documentos, saltan, más y más, los recuerdos. Por ejemplo, en la mañana del 10 de octubre, a que se refirió Ricardo Gayol en su nota presentación, vivimos #25 la inolvidable experiencia de conocer a Rosa Lucerga.

            En el programa de actividades que nos había preparado Antonio, figuraba la visita al servicio de atención temprana del INSERSO. La verdad es que nos llamó la atención que se incluyera esta visita. Por entonces la atención temprana no estaba en nuestros intereses mediatos. Estuvimos a punto de proponer que, en lugar de esta visita, dedicáramos más tiempo a la imprenta, para ampliar el intercambio iniciado con su director, don Julio Corral.

            Pero no nos animamos a hacerlo. Y vaya si fue una suerte…

            Nos recibió Rosa Lucerga quien, de inmediato, nos atrapó con su simpatía y su profunda, contagiosa experiencia vital, tanto como docente como mujer ciega. Entre ella y nosotros se estableció, desde el momento mismo en que fuimos presentados, #26 una identidad sorprendente, algo parecido a lo que ya nos había ocurrido con Antonio un año antes, en Guatemala.

            Nos gustó mucho su manera de trabajar con los niños y con los padres. Pudimos apreciar hermosos ejemplos de cómo, los padres orientados y apoyados, cooperan con la formación de sus hijos.

            Sin duda, aquella mañana, Rosa sembró en nosotros «las semillitas» de la atención temprana y «las raíces» de una entrañable amistad que nos ha enriquecido mucho y nos sigue enriqueciendo…

            Fue después de la visita, cuando nos acompañaban al hotel, que nos dijeron que Rosa Lucerga era la esposa de Antonio…

            otra agradable sorpresa para aquellos días cargados de tantas novedades…

            #27

Barcelona: un relámpago

            En nuestro itinerario no figuraba Barcelona. Pero Antonio, deseoso de que conociéramos todo y que todo lo disfrutáramos, los arregló una breve visita a Barcelona.

            Así fue como el sábado 13-muy temprano por la mañana-, aparecimos porla Imprentacatalana. Antonio, además de recomendarnosla Imprenta, nos dijo que no dejáramos de conocer a su Director: don Miguel Durán, «un tío muy interesante», según sus palabras. (Tiempo después, Miguel nos confesó muy divertido, que Antonio le había pedido especialmente que fuera temprano esa mañana para conocernos «porque éramos muy interesantes…»).

            De la imprenta, nos impresionó mucho su voluntad de cambio y la creatividad que empezaba a ver en sus publicaciones. Cataluña, como no podía ser de otro modo, #28 aportaba también su dosis para el cambio que iniciabala ONCE.

Riyadh:la Unión Mundial

            Ese mismo mes de octubre de 1984, trabajamos junto con Antonio enla Asambleafundacional dela Unión Mundialde Ciegos que tuvo lugar en Arabia Saudita. En esa oportunidad se volvió hacer presente la mencionada «vocación hispánica» a través de acciones impulsadas por Antonio.

            Ala Asambleade Riyadh fueron sólo cuatro países de América Latina. Casi se diría que la presencia de nuestra región pasó inadvertida. No pasó. No representó a América Latina ya que eran apenas cuatro naciones. Su presencia si fue útil para trazar estrategias con miras a que esa escasa representación fuera mejorada para las futuras asambleas, #29 involucrando así más a América Latina en la escena mundial.

            El primer gran escollo que debió salvarse fue la oposición de parte de algunos latinoamericanos y norteamericanos, que no querían que América Latina se constituyera en un Regional dela Unión Mundial.

            Hubo una fuerte corriente para que los países de América Latina, junto a Estados Unidos, Canadá y los países anglófonos del Caribe, formaran una sola región:la Interamericana.

            Nos opusimos tenaz y radicalmente por entender que América Latina tiene su propia identidad, sus propios problemas y necesidades; por considerar que América Latina en sí posee raíces culturales que la singularizan y una situación socio-económica que la vinculan y ubican en el Tercer Mundo. Por lo cual, no podían sus países formar una Regional con potencias #30 como Estados Unidos y Canadá, que poseen otra tradición, otras posibilidades y diferentes necesidades.

            A pesar de la complacencia con que algunos latinoamericanos apoyaban esta iniciativa, finalmente logramos desbaratar este intento y América Latina se constituyó en una Regional. Pero se constituyó en el papel, con sólo cuatro países poco o nada podíamos hacer. Debíamos luchar intensamente para demostrar la razón de ser de nuestra región y para alejar, definitivamente, cualquier futuro intento por ligar a nuestros países a otras naciones que nada tienen que ver con nuestro destino.

            Fue entonces cuando España ofreció su apoyo. Antonio se reunió con los delegados latinoamericanos y planteó quela ONCEestaba dispuesta a apoyar la creación de un organismo latinoamericano unificado.

            Luego de esta reunión, elaboramos un proyecto #31 para crear una Secretaría Provisoria y desde ella difundir la necesidad de constituir la nueva organización.

            La sede dela Secretaríafue asignada ala FBU. Tambiénse aprobó la realización de una reunión preparatoria del Congreso Panamericano de Ciegos. En dicho Congreso (fijado en Mar del Plata para noviembre de 1985), se presentaría el proyecto para la creación dela Unión Latinoamericana.Dentro de los propósitos del Fondo de Cooperación, que se acababa de crear porla ONCE, se incluyeron estas actividades que, por lo demás, se cumplieron puntual y exitosamente.

            Sobre la instalación dela Secretaría Provisoriaen Montevideo, discutimos largamente los procedimientos a seguir. Coincidimos en que había que asegurar la participación de todos y que la nueva organización fuera real y auténticamente democrática. #32 Sabíamos del peligro de la tecnocracia y las élites; sabíamos, también, de las prácticas por las que unos pocos se apoderan de los mecanismos de las organizaciones internacionales y los activan en su favor y no en beneficio de quienes más necesitan. Coincidimos con el pensamiento de Antonio (expresado días antes en nuestra visita a Madrid y que publicamos en el Cuaderno 16, Cambio en España: vino nuevo en odres viejos):

            «La democracia es fundamental en una entidad que quiera ser autogobernada. ¿Qué clase de autogobierno era el que ejercían los ciegos por designación de los videntes?… el autogobierno o es democrático o no es autogobierno».

            Nuestra fe en la democracia nos llevó a hacer nuestras estas palabras de Antonio. La claridad de su enunciado, la certeza de la eficacia para el buen funcionamiento #33 de la organización, y el antídoto que este pensamiento implica para detener un mal manejo de los organismos, hicieron que nuestra acción se identificara con el pensamiento de Antonio. Y este camino, por cierto, parece el mejor y más seguro: así lo confirmamos hoy cuando comprobamos que enla Asambleadela Unión Mundialde 1988, en lugar de las cuatro escasas delegaciones latinoamericanas que participaron en 1984, estuvieron presentes todas las naciones del área, cuando observamos que el Fondo de Cooperación con Iberoamérica continúa atendiendo a todos los países y, dentro de cada país, a organizaciones de y para ciegos, con un espíritu abierto que no cierra sus puertas a nadie ni a nadie margina o desplaza. Toda esta realidad democrática del presente latinoamericano hunde sus raíces en aquellos días de octubre de 1984 en que Antonio escuchó #34 y estimuló las inquietudes latinoamericanas, y optamos por el riesgoso, pero siempre fecundo, camino de la democracia, que borra diferencias entre ciegos y videntes, entre organizaciones de y para ciegos, asegurando la acción protagónica en las propias personas ciegas.

Creación dela Unión Latinoamericana

            1985 estuvo especialmente dedicado a las tareas preparatorias de la creación dela Unión Latinoamericanade Ciegos (ULAC).

            Antonio siguió de cerca el proceso. Se interesó personalmente en que la reunión del grupo de trabajo (Venezuela) se concretara y cumpliera sus objetivos: anteproyecto para la fundación de ULAC, Estatutos, Plan de acción.

            Finalmente, en noviembre de ese año, en la ciudad de Mar del Plata, #35 tuvo lugar la asamblea fundacional dela ULAC. Antonio, al frente de una calificada delegación dela ONCE, asistió a este momento histórico para las personas ciegas de la región.

            En el discurso inaugural del evento, el propio Antonio explicó que «…la ONCEactúa en el área latinoamericana con un sentido de exclusivo interés mutuo, nunca desde posiciones paternalistas o de una cooperación externa».

            Para quienes conocemos ala ONCEdesde hace ya varios años y hemos tenido ocasión de trabajar con distintos dirigentes de la misma, nos resultó decisivo que Antonio enfatizara que la cooperación no es «paternalista». Muchos problemas y desencuentros se registraron en las décadas pasadas entre España y algunos países latinoamericanos, precisamente, por la actitud paternalista con que algunos delegados dela ONCE#36 actuaron y trataron a los latinoamericanos. La sombra del imperio español, la imagen del conquistador vestido con nuevas ropas, es algo que, consciente o inconscientemente, la mayoría de los latinoamericanos llevamos a flor de piel cuando de España se trata. Quizás esta exclusiva sensibilidad haya hecho que, muchas veces, se malograran cooperaciones, encuentros, tareas compartidas. Pero, no debemos olvidar que muchas veces, algunos españoles de hoy nos tratan como los españoles del imperio. Por eso, al descartar el paternalismo, al situarse en la cooperación estrecha y sinceramente compartida de igual a igual, Antonio alejó el fantasma de nuevos y lamentables enfrentamientos.

El paternalismo superado

            Entre los muchos ejemplos de cómo Antonio, al superar el tradicional paternalismo, #37 favoreció el mejor entendimiento y cooperación, recordemos el caso del Código de Matemática.

            En 1973, en Buenos Aires, con motivo de celebrarsela Conferenciaiberoamericana parala Unificacióndel sistema Braille, no se llegó a ningún acuerdo entre España y Argentina sobre el Código Matemático. En un episodio que es digno del olvido, se polarizaron las posiciones y España mostró la otra cara del paternalismo: la inflexibilidad ante el pensamiento latinoamericano al que se subestima. Como consecuencia de ello no hubo acuerdo y no hubo textos en braille ya que las editoriales se retrajeron y no evitaron matemática por no existir un código unificado.

            Fue en 1985, en Montevideo, en ocasión del Seminario «Textos para niños ciegos», organizado porla FBUy patrocinado porla CBM, que España y Argentina #38 contrajeron el compromiso de solucionar este problema.

            Antonio, demostrando su polifacetismo y su sensibilidad plural, recogió con vivo interés este compromiso. Siguió de cerca el intercambio de los expertos españoles y argentinos y estimuló de todas las maneras el acercamiento y entendimiento. El paternalismo se había hecho añicos y, la solicitud y el respeto, caracterizaron los trabajos técnicos de los expertos.

            Y vaya ironía del destino: Antonio, que pensaba viajar a Montevideo parala Reuniónde Imprentas–, donde se aprobaría la unificación por él impulsada y estimulada, no pudo hacerlo ya que unos pocos días antes de iniciarse la reunión, dejó de existir…

formulación de la cooperación

            Una vez creadala ULAC(noviembre 1985),la ONCEformalizó su cooperación #39 con la región. Se cumplía así lo que Antonio había adelantado en Guatemala (octubre 1983).

            A tales efectos, Antonio firmó junto al Sheikh Abdullah Al-Ghanim, entonces presidente dela Unión Mundialde Ciegos, un Memorándum en oportunidad de visitar este último Madrid del ocho al 11 de febrero de 1986. En dicho Memorándum, se lee en el punto 2: «canalizar los recursos quela ONCEpueda destinar a la cooperación internacional con los países latinoamericanos y a este fin:

            A) recibir las propuestas y proyectos a financiar a través dela ULAC.

            B) celebrar una reunión en la que participen, además de los presidentes dela UMCy dela ONCE, el presidente de ULAC y el presidente del Comité de cooperación con los países en vías de desarrollo constituido en el seno dela UMC.

            #40 C) considerar como prioridad en la asignación de fondos, la provisión de materiales básicos para todos los centros de la región que prestan servicios a deficientes visuales, así como la formación de dirigentes que pongan en marcha organizaciones de ciegos y servicios para ciegos en zonas particularmente desatendidas».

            La reunión a que alude el inciso «B» se celebró el 29 de agosto de 1986 en Madrid. En la ocasión se distribuyeron los 50 millones de pesetas asignados porla ONCEal Fondo de Cooperación. Los rubros material didáctico y formación de dirigentes fueron los más cuidadosamente atendidos según se pedía en el documento de febrero de 1986.

            En esta reunión nos tocó actuar como Presidente de ULAC. Fue una de las pocas veces en que realmente experimenté la satisfacción de asumir la representación de los ciegos #41 latinoamericanos: porque en esa reunión verdaderamente se pensó en los más necesitados, en los millones de ciegos que no reciben asistencia alguna y se trató de llegar hasta ellos con un primer mensaje de positiva cooperación.

            ULAC y ONCE inauguraban un camino de trabajo compartido que aún hoy se mantiene y que ha sido motivo de elogio y destaque por distintas personalidades dela UMC, ya que se encontraron los mecanismos para que una Regional reciba un efectivo aporte de un país industrializado y tenga participación en el proceso de esa cooperación.

            Además de Antonio, a esa reunión de agosto de 1986, asistieron, porla ONCE, Pedro Zurita, José Antonio Reyes y Judith Varsavsky. Quizás ni José Antonio ni Judith -mucho menos yo- imaginábamos que poco tiempo después deberíamos ocuparnos nosotros del Fondo, #42 pero ya sin Antonio.

            Fue en Santo Domingo (abril, 1987) cuando Antonio presidió la que sería su última reunión del Fondo de Cooperación. En esa oportunidad también participó José Antonio. Desde entonces, le tocó a él presidir las nuevas reuniones continuando, con mano firme y segura, el trabajo al que tanto quiso Antonio. A veces, sin decirnos nada, José Antonio y nosotros compartíamos la emoción y la alegría de dar vida algo que vimos nacer todos juntos, todos junto con Antonio.

Ida y vuelta

            Ya alguna vez dijimos que, además de la significación material de la cooperación dela ONCE, importa el espíritu con que la misma se lleva a cabo. Antonio supo expresarlo en el reportaje que le hicimos en octubre de 1986 #43 en Nueva York, al decir que «… creemos firmemente que esta cooperación puede hacerse en una filosofía de ida y vuelta, es decir, que todo lo que se consiga crear para América Latina también favorece a los ciegos españoles y a la propia ONCE».

            Es decisivo superar el viejo esquema que unos dan y otros reciben. Antonio superó esa forma de la filantropía y pasó a la solidaridad y al esfuerzo compartido. Quien da al mismo tiempo recibe; quien está recibiendo al mismo tiempo da. Esta sí es una base digna y efectiva para la cooperación igualitaria.

            Dos meses antes de su muerte (el 6 de abril de 1987) Antonio retomó este concepto en las palabras que dirigió en el acto inaugural de la reunión del Comité Ejecutivo dela ULAC(Santo Domingo, República Dominicana). Hablando entonces el espíritu con que cooperala ONCE, #44 dijo que lo hacía «… desde la perspectiva de nuestra solidaridad internacionalista; desde la perspectiva de utilizar conjunta y racionalmente los recursos, desde la perspectiva de no sólo beneficiar, sino también de beneficiarnos de esta comunidad lingüística en la que vivimos».

            Y, en ese mismo discurso, Antonio hacía una confesión que vale la pena transcribir porque da la dimensión de cómo sentía y valoraba a América Latina y como se identificaba auténticamente con nuestro destino. Decía Antonio:

            «… cuando venimos a América Latina lo hacemos con la seguridad de recargar nuestras pilas en el vitalismo, la esperanza y el compromiso común de que nuestros lazos culturales de unión en el caso de los ciegos, son todavía más fuertes, más estrechos, más esperanzados».

#45

También la literatura

            Entre esos «lazos» mencionados por Antonio, también estuvo la literatura. Fue durante su presidencia que se creó el Premio Tiflos, para escritores (ciegos y videntes) de España y América Latina.

            Nuevos lazos, nuevos vínculos tendidos entre ellos y nosotros para consolidar la plenitud de un encuentro pleno. Y ese encuentro se dio porque españoles y latinoamericanos han participado y ganado los premios más importantes de este Concurso. Entre los nuestros, permítasenos recordar aquí, los ganados en 1986 y 1987 por nuestro maestro y amigo de siempre, Pedo Rosell, quien, tal vez sin proponérselo, fue la respuesta de esta orilla a la convocatoria lanzada desde las costas españolas. Un nuevo ir y venir de contagiosa savia que nutrió, también desde la literatura, #46 la presencia de Antonio en nuestra América Latina.

Fe en el hombre

            En abril de1987, apocos días de su muerte, Antonio escribió una página literaria, «Sólo el amor», basada en la canción del mismo nombre de Silvio Rodríguez. Allí Antonio escribió:

            «… me sube por las venas una fe insólita en el hombre…»

            sí: la fe en el hombre fue la clave de Antonio, el hombre que ve y el hombre que no ve, el hombre pobre y el hombre que lucha, el hombre que ama y el hombre desamparado, el hombre en sus distintos momentos formando esa suma única que es el hombre, que fue el propio Antonio: a veces dirigente, a veces escritor, a veces soñador… siempre un hombre que se consideraba a sí mismo uno más en esta faena de vivir. Y vivió para los demás, #47 para él y para sus amigos; vivió también para nosotros, para los latinoamericanos, porque también en nosotros, tuvo fe. Y esa fe que el tubo hoy se la devolvemos en nuestra fe plural, que salta por encima de cada circunstancia personal, para situarse en la perspectiva solidaria desde la que Antonio estuvo presente siempre en América Latina y lo sigue estando.

Enrique Elissalde